Cambio de identidad de género: historia de un frustrado intento

Brian y Brenda Reimer
Una vez más queda demostrado que el intento de algunos por cambiar lo que natura dispone es someterse en alto riesgo, y caer innecesariamente, en el indeseado fracaso. Esto fue lo que le sucedió a un reconocido científico del campo de la sexología y psiconeuroendocrinología, John W. Money, a quien muchos le recuerdan y asocian al trágico caso de David Reimer.

Si bien el Dr. Money no fue más que un intermediario con intenciones de darle una
solución viable a un caso que se ha catalogado como un accidente de intervención quirúrgica, es bien comprendido que su postura no fue, en definitiva, una solución al problema en cuestión, sino más bien un agravante.

El fatal caso de David Reimer

El canadiense David Reimer, nacido con el nombre de Bruce el 22 de agosto de 1965, originario de la ciudad de Winnipeg, ingresó a los ocho meses de edad al hospital Johns Hopkins (en Baltimore, EEUU) junto con su hermano gemelo Brian debido a un diagnóstico de fimosis (una alteración cutánea del pene que impide la retracción completa del prepucio para dejar el glande al descubierto, la solución al problema es la circuncisión). No está muy claro si el urólogo que realizó la circuncisión estaba probando un método diferente al tradicional o fue una intervención imprudente por parte de su ayudante y en ausencia del doctor. El caso es que la operación presentó complicaciones cuando el cauterizador eléctrico que emplearon abrazó y quemó el pene de David de manera tan severa que dejó el órgano completamente inútil, por lo que los doctores, debido a la falta de equipo y especialización en esa época, se vieron en la necesidad de amputar el miembro.

Los gemelos Reimer
Un tiempo después de esta lamentable situación, los Reimer vieron por televisión el perfil del reconocido Dr. John Money y sus argumentos y teorías sobre el sexo y género que este presentaba. Money afirmaba que un niño —si se interviene a tiempo— podía ser transformado perfectamente en una niña, ya que la naturaleza —afirmaba— puede cultivar el sexo de un individuo pero no necesariamente determinarlo.

Janet Reimer —madre de David— decidió que valía la pena explorar al respecto. La familia se trasladó a Baltimore para visitar al Dr. Money, quien, después de analizar el caso, decidió que Bruce (David) era un candidato perfecto. Las instrucciones fueron que desde ese momento debían criar a Bruce como si fuera una niña, y así fue como empezó el infierno en la vida de David, ahora bajo el nombre de Brenda.

El niño fue a la escuela usando falda y vestidos de niña, se le enseñó a maquillarse y a comportarse como una niña. Sin embargo, las cosas no tardaron en complicarse cuando Bruce se dio cuenta de que no le agradaba jugar con las otras chicas, ni de comportarse como ellas, tampoco se movía como lo hacían ellas. Pronto se involucró en peleas a puñetazos con otros niños durante los recreos y se ganó varios apodos como caveman (hombre de las cavernas), freak (fenómeno o loco) y it (eso). Después de algún tiempo, Bruce ya no quería ir a la escuela, y se sentía cada vez más solo.

Dr. John William Money
Cuando David Reimer cumplió los 9, sus padres ya tenían serias dudas al respecto del experimento. El Dr. Money, sin embargo, parecía muy seguro de lo que hacía y publicó de hecho un artículo en la revista Archives of Sexual Behaviour en donde hizo mención de sus trabajos con David. El suceso se hizo muy conocido dentro de la comunidad de científicos como "Joan/John case" (el caso de Joan/John).

Al respecto, Money dijo: "el comportamiento del niño está bien definido, tal como el de una niña, y muy diferente al de su hermano gemelo". Sin embargo, Brian, el hermano gemelo lo veía de otra manera: "la única diferencia entre él y yo —dijo— es el pelo, que lo tiene más largo". Janet agregó: "realmente me he esforzado por criarlo como a una niña, pero no ha sucedido el cambio".

Cuando Bruce llegaba a las puertas de la pubertad, se hizo cada vez más evidente que el experimento de Money no estaba dando el resultado que se esperaba. Bruce comenzó a tener la transformación característica de un niño de su edad: empezó a desarrollar hombros anchos y un cuello grueso con el característico cambio de voz. No obstante existía aún la presión de Money para dar el paso final y darle luz verde a los cirujanos para crearle una vagina.

Ante la noticia, Bruce no soportó más la situación, y se reveló en contra de las decisiones del doctor: protestó que no necesitaba ninguna cirugía y amenazó con suicidarse si se veía obligado a realizar otro viaje para ver al doctor Money. Fue entonces cuando su padre no pudo seguir encubriendo el engaño, revelándole al chico todo su caso, desde que era un bebé.

David Reimer
El adolescente dijo que pensaba ir al hospital, pero sólo con el propósito de localizar al médico culpable de su castración y matarlo, lo que nunca ocurrió. Al final fue incapaz de tomar venganza abiertamente y su ira se volvió contra sí mismo. Intentó suicidarse tres veces. La tercera, con una sobredosis de pastillas, lo dejó en coma. Después de su recuperación empezó el largo ascenso hacia una vida más normal, como hombre. Así fue como Bruce Reimer dejó atrás su identidad como Brenda, se cortó el pelo y comenzó a usar ropa de hombre, cambiando también su nombre a David.

David Reimer había ocultado su historia hasta el día en que el escritor John Colapinto publicó el libro As Nature Made Him: The Boy Who Was Raised as a Girl (P.S.) (Como la naturaleza lo hizo: El niño que fue criado como una niña). Posterior a esto se vino un torbellino en los medios de comunicación a lo largo del Canadá y los Estados Unidos.

David finalmente se sometió a cuatro operaciones quirúrgicas con el propósito de reconstruir su pene y hacer de él un hombre nuevo. Se caso poco antes de publicar su historia. Las intervenciones le permitieron disfrutar de una vida sexual normal, aunque no pudo ya tener hijos. Sin embargo, la vida de David tomó otro giro. Perdió su trabajo y terminó separándose de su esposa poco tiempo después de hacer pública su historia. Cargando aún con el duelo de su hermano gemelo, quien se había suicidado hacía dos años, supuestamente por el sentimiento de culpa de no haber sido él el afectado, David Reimer se quitó la vida el 4 de mayo de 2004, a los 38 años.

A pesar de todos estos incidentes, el estudio que publicó Money fue elogiado, pues suponía una demostración empírica de cómo la cultura y el ambiente pueden determinar el sexo de una persona. De alguna forma logró demostrar que Brenda actuaba tal como se esperaba que lo hiciera una chica de su edad, porque la habían educado así y poco tenían los genes que decir al respecto. La postura ambientalista había tenido finalmente una "victoria" sobre la orientación genetista.

David Reimer, sin embargo, mostraba la cara opuesta al teatro político-científico, llevando una vida no digna como conejillo de indias, y que lo llevó a un estado de infelicidad, confusión y, finalmente, el suicidio. Esta historia nos muestra un claro abuso de autoridad —en este caso científica—, y que se repite hoy día en todos aquellos tratamientos que intentan cambiar el curso natural del ser humano en contra de su deseo, léase: terapia reparativa o de conversión. Debería mencionar también, para concluir, que no es posible conseguir buenos resultados dejándose llevar por radicalismos, ya sea de carácter ambiental, genético o religioso, pues la naturaleza en general opera en combinación de muchos factores a la vez. Eso sugiere que debemos primero ser pacientes; escuchar y comprender las formas naturales antes de intervenir con radicalismos, y menos aún si estos se basan en un pensamiento de creencia y fe ciega que se adelantan por regla general a la observación comprensiva de los sucesos.