Crédito de la foto: Skley - flickr (Attribution-NoDerivs) |
Terminar una relación amorosa no sólo implica dejar de verse o de llamarse, también implica un "dejar de sentir". Hay quienes no logran romper jamás este ligue emocional de forma definitiva y caminan por la vida incapaces de empezar una nueva relación.
Cuando una relación de pareja termina siempre quedan secuelas emocionales.
La persistencia de estas secuelas o "ligaduras emocionales" pueden depender de
la cantidad de tiempo que hayamos estado con él/ella y los motivos del
rompimiento. Los hombres, al parecer, superan la pérdida de pareja más rápido
que las mujeres. En todo caso siempre se experimenta un
duelo debido en cualquier pérdida importante. Este
duelo es un proceso que finaliza en el momento en que logramos cortar
definitivamente el "ligue emocional" que nos une a veces de manera
imperceptible.
Ser independiente emocionalmente es liberarse del martirio
que implica estar pensando y recordando constantemente (o de forma obsesiva) las
buenas o malas experiencias de la ex-relación. Hay personas que buscan
compulsivamente otra relación persiguiendo con esto "apagar la llama" de la
relación anterior. No obstante, esto no funciona, y se les puede ver buscando
equivalencias, parecidos y recuerdos a la relación "olvidada". Lo que se logra,
en realidad, es agravar la situación, principalmente por el hecho de
involucrarse en los sentimientos de alguien más sin estar realmente preparado
para empezar un nuevo amor. Es claro que un clavo no saca a otro; no se puede
abrir otra puerta —en cuestiones sentimentales— hasta no
cerrar la anterior.
La buena noticia es que nosotros decidimos ser felices, y podemos
ser felices sin depender emocionalmente de alguien. La mala noticia es
que hay que currárselo. En concreto debemos pasar por un proceso de
duelo y aceptación, tal como lo hacen aquellos que pierden a un
familiar muy querido. Por esto no creemos que sea un trabajo fácil, pero tampoco
es imposible. Es una cuestión de tiempo, más bien.
Según la psiquiatra suizo-estadounidense Elisabeth Kübler-Ross (1926-2004)
existen 5 etapas del duelo por medio de las cuales las personas enfrentan la
pérdida. Aunque estas etapas son las que se mencionan en los casos de catástrofe
personal, como en el caso de una enfermedad terminal o el fallecimiento de un
ser querido, en realidad se aplican muy bien a una ruptura de relación.
Las etapas son:
a) Negación: "no me importa, que me deje, después de todo
no es la última Coca-Cola del desierto"
b) Ira: "es injusto, es un desgraciado/a... después de todo lo que hice por él/ella".
c) Negociación: "Dios, por favor, has que vuelva... haré cualquier cosa, sé que no soy perfecto" (hay llamadas, cartas de arrepentimiento, etc.) ¿Tengo una segunda oportunidad?
d) Depresión: "ya no hay oportunidad, la suerte está echada... me dejó definitivamente... me siento el ser más solo, disminuido e infeliz de este planeta... no merezco a nadie en mi vida"
e) Aceptación: "esto debía pasar tarde o temprano, tal vez es lo mejor para todos... debo emprender mi camino por mi mismo/a". En esta última etapa el dolor sentimental ha desaparecido y se calcula un plan de vida personal, independiente de una relación. Es la etapa más importante y se toma una actitud de esperanza, de fe en uno mismo y de no querer buscar otra relación sin antes dejar pasar un tiempo en soltería.
b) Ira: "es injusto, es un desgraciado/a... después de todo lo que hice por él/ella".
c) Negociación: "Dios, por favor, has que vuelva... haré cualquier cosa, sé que no soy perfecto" (hay llamadas, cartas de arrepentimiento, etc.) ¿Tengo una segunda oportunidad?
d) Depresión: "ya no hay oportunidad, la suerte está echada... me dejó definitivamente... me siento el ser más solo, disminuido e infeliz de este planeta... no merezco a nadie en mi vida"
e) Aceptación: "esto debía pasar tarde o temprano, tal vez es lo mejor para todos... debo emprender mi camino por mi mismo/a". En esta última etapa el dolor sentimental ha desaparecido y se calcula un plan de vida personal, independiente de una relación. Es la etapa más importante y se toma una actitud de esperanza, de fe en uno mismo y de no querer buscar otra relación sin antes dejar pasar un tiempo en soltería.
Nota: No siempre aparecen todas las etapas y no siempre se presentan en el
mismo orden.
¿Tienes un grupo de amigos? ¿Tienes un hobby? ¿Tienes familiares con
quien pasarla bien? Realizalo, concéntrate en tus actividades e intereses.
Diviértete, porque eso hace que olvidemos el dolor emocional. La mente necesita
concentrarse en otras actividades y dejar un espacio, un "período de retiro
sentimental" en el cual deberías encontrar la felicidad por ti mismo/a sin
necesidad de algo o alguien más. Es el respeto
mínimo que nos merecemos —y nos debemos— a nosotros mismos como personas
independientes.
Si tienes sentido del humor, mejor que mejor. El humor,
está comprobado, es un bálsamo que aminora significativamente no sólo el dolor
por la pérdida de una pareja sino cualquier situación difícil en general. Puedes
imaginar, por ejemplo, una caricatura de tu ex en situaciones desfavorables.
Esto ayuda a controlar los recuerdos obsesivos y ver la ex-relación de una forma
distinta, quitándole el peso y la importancia que le has dado. Aprendes a ver
las cosas desde otro punto de vista y le arrebatas la carga emocional que tanto
daño te hace.
Estar solos, aunque duro al principio, es psicológicamente aleccionador.
Todos deberíamos aprender a estar solos y sentirnos bien en compañía de
nosotros mismos y contando con nuestros propios recursos en algún momento de
nuestra vida. Parece ser un paso fundamental en la confirmación de
nuestra identidad, y que al mismo tiempo nos brinda ese momento de reflexión
sobre cosas importantes. A partir de ahí podemos dar pasos más seguros y
confiables en nuestro bienestar. Nos conocemos mejor, y ya no estamos más con
alguien porque lo necesitamos para complementar una carencia emocional, sino
porque decidimos quererlo/a y estar con él/ella, y queremos compartir el
amor.
¿Crees que una ruptura de pareja puede siempre superarse, o hay casos
excepcionales en los que es imposible esto donde pueda justificarse el suicidio
porque no hay más remedio, como en Romeo y Julieta?