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Pensar en amor podría incrementar las creencias religiosas, mientras que pensar en sexo podría disminuirlas.
Parece ser que existe una relación entre lo que pensamos y nuestra
capacidad de tener fe. Las cosas en las que pensamos pueden incrementar o
disminuir nuestra fe en Dios. ¿Cómo se explica esto?
Existe una teoría subyacente que sostiene que hay dos maneras fundamentales
en que la gente procesa la información: a) el pensamiento intuitivo (o
creativo), que se caracteriza por la habilidad de poder ver lo que no
se ve a simple vista, de poder ver en forma global las características de una
imagen o acontecimiento, de ser más creativo, así como de poder pensar en forma
abstracta respecto a lo inexplicable; y b) el pensamiento
analítico, que se caracteriza por la habilidad de ver la parte de forma
concreta y específica, de poder ver los detalles y en encontrar soluciones a
través de una lógica en cuanto se obtenga información suficiente.
Las
pruebas
En base a esta información, los profesores Jens Förster, Kai Epstude y
Amina Özelsel (2009) se propusieron realizar un estudio para
comprobar la conexión cognitiva entre el amor romántico y la
creatividad, por un lado, y el deseo sexual y el pensamiento
analítico, por el otro. El estudio sugiere que cuando se piensa en el
amor romántico, la gente tiende a centrarse en una perspectiva
a largo plazo, lo que lleva a incrementar el pensamiento holístico y la
creatividad, mientras que al pensar en encuentros sexuales, las
personas tienden a centrarse en el presente y en los detalles
concretos, favoreciendo así el pensamiento analítico. Debido a que las personas
activan automáticamente estos estilos de pensar (en amor para
la creatividad y en sexo para el pensamiento analítico, respectivamente), se
concluye que el hecho de pensar en amor refuerza la función creativa, mientras
que pensar en sexo refuerza la función analítica del pensar. Los dos
experimentos que Förster y cols. llevaron a cabo confirmaron esta
hipótesis.
Entonces tenemos que aquellas personas que piensan en amor tienden a ser
más creativas e intuitivas, y a pensar en el futuro y en forma global. Las
personas que piensan en el sexo propiamente dicho tienden, por el contrario, a
ser objetivas, específicas, concretas en su pensar y, por supuesto, poseen un
pensamiento analítico.
En abril de 2012 se publica un estudio en la revista Science titulado El pensamiento analítico promueve la incredulidad
religiosa, escrito por Will M. Gervais y Ara Norenzayan. El
estudio evaluó la hipótesis, llegando a la conclusión de que el procesamiento
analítico es un factor (presumiblemente entre varios) que promueve ciertamente
la incredulidad religiosa. No obstante, los autores subrayan que el pensamiento
analítico es sólo un factor que impulsa a la gente hacia el ateísmo y que en
esta condición tienen que influir otras cuestiones tales como la cultura.
En base a estos dos estudios tenemos que, aquellas personas que piensan en
sexo directamente, es decir, en el acto sexual, tenderán a poseer un pensamiento
de tipo analítico, comprendiendo ahora que el pensamiento analítico promueve la
carencia de fe, o bien, como menciona en su fuente original, la incredulidad
religiosa. Por tanto, podemos llegar a la sorprendente conclusión de que
pensar en sexo conlleva, en cierta forma, a la falta de fe o
incredulidad religiosa.
La persona intuitiva que tiende a reforzar sus pensamientos de amor, tiene
también más acceso al pensamiento abstracto, a creer en fuerzas invisibles, y
por tanto tenderá a poseer más fe en Dios y a fortalecer sus creencias
religiosas. Las personas que piensan en sexo se asocian con un pensamiento
analítico, concreto y no piensan en posibilidades sino en lo que hay y se puede
ver directamente. Este tipo de personas tenderán a debilitar sus creencias
religiosas por falta de pruebas tangibles.
Esta conclusión, tal vez sacada un poco de la manga, pero con contundentes
pruebas científicas que la avalan, es reforzada por la actitud que muestra la
religión frente al tema del sexo propiamente dicho, sin amor implícito. La
conclusión explica muy bien el hecho de por qué la mayoría de las religiones
adoptan una visión negativa hacia con el sexo, especialmente la lujuria sin
amor. Por lo general, las religiones enseñan a la gente que tener pensamientos
lascivos sexuales es "impuro" y una distracción para la naturaleza del
espíritu.
Un mármol bajorrelieve por Lorenzo Maitani, Italia, retratando a Eva y el Árbol (Foto: Wikimedia) |
Actos no procreativos como la masturbación están proscritos por las
religiones monoteístas, por lo que no resulta una simple práctica para evitar el
embarazo fuera del matrimonio. Las imágenes del demonio en el cristianismo están
en realidad inspiradas en la imagen del antiguo dios griego Pan, quien se
destacó por su naturaleza lujuriosa y sensual. El amor, por el contrario, es
loado como una virtud cardinal, y el amor a Dios en particular, se considera de
suma importancia. La idea de que "hay que amar a tu prójimo como a ti mismo" es
ciertamente muy admirable como ideal, no obstante resulta dudoso que hayan
muchas personas por allí que lo pongan en práctica.
Puede haber muchas razones por qué la mayoría de las religiones tienden a
idealizar el amor y repudiar la lujuria, pero la razón principal puede deberse a
que la lujuria sin amor socava la creencia religiosa en sí misma. ¿Por qué
estaba prohibido para Adán y Eva comer del árbol del conocimiento? ¿Acaso el
conocimiento no está relacionado con el pensamiento analítico? Antes que Adán y
Eva comieran la manzana prohibida, no tenían vergüenza de estar desnudos uno
frente al otro. ¿Acaso no se referirá con esto a que en realidad no sentían
lujuria (deseo sexual) uno frente al otro?
Recomendaciones:
- No pienses todo el tiempo en sexo, puede ser dañino para la creatividad.
- No pienses demasiado en el amor, puede ser dañino para el pensamiento lógico analítico.
- Has el sexo cuantas veces quieras, pero procura incluir el amor en él. En ningún momento se ha dicho que se excluyan mutuamente.
Gracias por leer.
Fuente:
Förster, J; Epstude, K. & Özelsel, A. (2009) Why love has wings and sex
has not: How reminders of love and sex influence creative and analytic thinking.
Personaliy and Social Psychology Bulletin. Vol. XX. No. X. September
17, 2009.
Gervais, W.M. & Norenzayan, A. (2012) Analytic thinking promotes
religious disbelief. Science. Vol. 336, 27 april, pp.
493-496.