Fantasías sexuales durante el acto sexual

Las mujeres tienden a tener más fantasías de sumisión y los
hombres de ejecución. Crédito de la foto: Shivenis - flickr (cc)
¿Hay diferencia entre las fantasías sexuales de los hombres y las mujeres?

Las fantasías sexuales son una experiencia común y universal. A pesar de esto, las personas tienden a ocultarlas celosamente, y compartirlas muy raramente debido al tabú
que representan y/o el sentimiento de culpabilidad que en ocasiones aparece asociado. Por este motivo, la medición y evaluación para su estudio ha resultado una labor difícil, y los grupos con los que se ha experimentado no han sido representativos de la población en general. No obstante, es posible contar con interesantes resultados que pueden dar una idea razonable de cuales pueden ser las diferencias más significativas entre los sexos.

Ciertas fantasías sexuales han resultado común tanto para hombres como para mujeres, estas son: a) imaginar tener sexo con un compañero o conocido, b) imaginar tener sexo con un compañero diferente, y c) volver a vivir una experiencia sexual emocionante. Otras fantasías que tienen en común los hombres y las mujeres son: a) sexo oral, b) tener sexo conservando una posición romántica, c) poder sexual, y d) sexo forzado.

Un estudio realizado por Knafo y Jaffe (1984) examinó, mediante la administración de cuestionarios, el tipo y cantidad de fantasías sexuales de un grupo universitario conformado por 30 hombres y 30 mujeres mientras realizaban el acto sexual (no hay datos sobre la orientación sexual de los participantes). Los resultados indicaron que casi ningún hombre o mujer negó tener fantasías sexuales durante el coito. Las diferencias sexuales eran observables según su cualidad y no su cantidad. Las mujeres mostraron tener más fantasías de sumisión, mientras que los hombres reportaron más fantasías de ejecución. Estas diferencias fueron interpretadas como un reflejo de los estereotipos sexuales asociados. También se encontró que la fantasía sexual (tanto en hombres como en mujeres) prolifera junto con el aumento en la experiencia sexual así como con el acto de soñar despierto.

Parece ser que la pasividad sexual en general se asocia a un mayor grado de fantaseo durante el sexo. No obstante, la fantasía sexual es un fenómeno universal que en sí mismo no está necesariamente asociado a una psicopatología (Knafo y Jaffe, 1984), por el contrario, las fantasías sexuales favorecen aspectos como el deseo o la excitación sexual, por lo que son un indicador de salud sexual.

Según otro estudio realizado en la Universidad de Granada, España, las mujeres experimentan con mayor frecuencia fantasías de tipo íntimo y romántico. En tanto los hombres fantasean más con actividades exploratorias que van más allá de la relación de pareja. Así por ejemplo, las fantasías relacionadas con tener sexo en grupo, participar en una orgía o intercambio de pareja, o sexo riesgoso y la búsqueda de nuevas sensaciones como ser promiscuo o inmiscuirse con gente desconocida.

Otra diferencia entre los sexos se observa en la pronunciada asociación que hacen las mujeres en sus fantasías sexuales con las emociones y sentimientos de conexión, en tanto que los hombres tienden a concentrarse más en los detalles anatómicos e imágenes visuales y estéticas. Tanto hombres homosexuales como heterosexuales tienden a centrarse más en los estímulos sexo-visual y encuentros ocasionales, a veces con personas desconocidas.

Referencias:

*Knafo, D., & Jaffe, Y. (1984) Sexual fantasizing in males and females. Journal of Research in Personality: Vol. 18, 4. p. 451-462.
*Friday, N. (1998) Hombres enamorados. New York: Ediciones en rústica.