Adolescencia y homosexualidad


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En la discusión de la homosexualidad es importante distinguir entre experiencia homosexual y homosexualidad. La experiencia homosexual se refiere a la experiencia sexual en la compañía de una pareja del mismo sexo (con edad similar o adulto). La homosexualidad, en cambio, se refiere a la orientación sexual primaria del individuo, una en la que el adolescente prefiere tener relaciones sexuales con otro sujeto del mismo sexo, y que de hecho busca llevar a cabo este tipo de aproximación como un rasgo característico de su persona. De esta forma podemos decir que la experiencia homosexual es relativamente común durante la adolescencia, sin embargo, la homosexualidad es mucho menos común.

Un estudio realizado por Alfred C. Kinsey reveló que más del 55% de los adolescentes varones y 33% de las mujeres han estado involucrados en juegos homosexuales cuando fueron niños o durante su adolescencia temprana. El comportamiento oscila desde el exhibicionismo a la masturbación mutua. El juego homosexual pudo o no haber llegado al orgasmo (no se tiene datos precisos al respecto), sin embargo, fue posible advertir una diferencia entre hombres y mujeres: los chicos, por ejemplo, son más propensos que las chicas de experimentar un orgasmo durante esa temprana experiencia homosexual.

En general podemos decir que las experiencias homosexuales pueden perfectamente estar vigentes desde etapas muy tempranas de la vida, tanto en mujeres como en varones, y aunque estos estudios aquí mencionados no son la última palabra en el tema, sí han sido muy respetados hasta la fecha y ciertamente son representativos ya no sólo de la población estadounidense (donde originalmente se realizaron) sino del comportamiento de toda la cultura occidental. En definitiva es un buen punto de partida para cualquier aficionado interesado en el tema.

Durante estas tempranas experiencias sexuales es bien sabido que los niños-adolescentes (9-15 años aprox.) también están formando su identidad, incluida su identidad sexual. Por tanto, es fácil comprender el por qué de sus curiosidades y constantes exploraciones (verbal y física); conductas que forman parte de su desarrollo normal.

A veces, el hecho de pensar en tener relaciones con pares del mismo sexo puede despertar a esa edad cierta preocupación y ansiedad. Es claro que aún no está definida por completo cuál será su orientación sexual definitiva, y hasta cierto punto también es normal ese tipo de dudas y angustias. Cuando esos pensamientos y fantasías homoeróticos empiezan a ser recurrentes, es el momento en que surgen las dificultades y serias dudas en la formación de su identidad.

En caso no encuentre la forma de comprender o aceptar los cambios que están ocurriendo dentro de sí, el(la) adolescente puede empezar a aislarse socialmente, tener problemas de concentración y desarrollar una pobre autoestima. 

El peligro que encierran estos efectos enmarcan en casos extremos intentos de suicidio (muchas veces fallidos), muy frecuente en la población gay, por lo que se recomienda buscar ayuda en parientes cercanos o personas de confianza. La ayuda psicológica con frecuencia viene de personas inesperadas pero comprensivas respecto al tema.

Afortunadamente, con la riqueza de información que se publica hoy en la red, junto a otras personas que comparten vivencias similares (incluso de forma anónima) es una oportunidad sin precedentes de camino a la autoayuda. El grupo de apoyo está en la red.

El propósito en última instancia es evitar vivir en la ignorancia sobre nuestra propia naturaleza sexual y conocernos mejor en todo sentido, empezando con la intuición y el sentido común. Ojo, pues el prejuicio en estos temas, puede ser el peor enemigo de todos.