Identidad y sexualidad

Identidad de género e identidad sexual: ¿es lo mismo?

La palabra identidad, tal como la empleo aquí, se refiere al conjunto de rasgos y características que posee una persona y la identifican en diferentes contextos de su vida. Si, por ejemplo, Juan se ha caracterizado dentro de su grupo de amigos como alguien con
mucha capacidad y resistencia para correr maratones, no importa dónde se encuentre o a qué se dedique a lo largo de su vida, sus amigos lo seguirán identificando como "el pequeño Juan Pielargo, el buen maratonista".

De manera similar, Juan también tiene una opinión de él mismo cuando se ve participando en una maratón. Pero no sólo eso, también tiene otra percepción de sí, y posiblemente muy distinta a la primera, cuando se dirige a su empleo como vendedor de seguros, una percepción que probablemente no tengan su grupo de amigos.

La imagen que crea Juan en su mente es el resultado de una combinación de: a) lo que dicen sus amigos (opiniones ajenas), b) de su propia opinión sobre sí mismo (basada en experiencias de vida), y c) de cómo se ve en un futuro no muy lejano (expectativas personales).

Todas estas percepciones e interpretaciones que tiene Juan de su persona son las que conforman finalmente su identidad en forma general.

A partir de esta imagen subjetiva es de donde nacerá mucho de lo que nuestro amigo será y sentirá de sí mismo a lo largo de su vida. Es por eso que muchos psicólogos dan tanta importancia al concepto que cada quién tiene de sí. Las experiencias que en función de sus habilidades, esfuerzos y expectativas seguirán dándole forma a ese auto-concepto.

Está claro que no siempre tenemos plena consciencia de todos estos términos, no sólo porque son complejos de valorar, sino porque operan muchas veces de forma inconsciente, por eso es que nos basamos más en emociones aproximadas que en puntos de vista objetivos o cuantificables.

Entonces, ¿qué es la identidad de género, y cómo se diferencia de la identidad sexual?

La diferencia radica en los puntos de vista objetivo y subjetivos de cada quien. La "identidad sexual" se basa, p. ej., en un punto objetivo. Objetivo en el sentido de que se nace hombre o mujer, biológicamente determinado, y lo único que puede hacerse es reconocer la condición sexual, un proceso que ocurre entre el segundo y el cuarto año de vida, aunque algunos sostienen que se consolida hasta los 7 años. Más que una identificación, deberíamos referirnos a un reconocimiento, o hacerse consciente de. Es la toma de consciencia con respecto al sexo al cual pertenecemos.

Por otro lado, la identidad de género encierra toda una gama de subjetividad, ya que dependerá ciertamente de las experiencias personales, expectativas y observaciones ajenas sobre nuestro papel sexual dentro de la sociedad. De esta forma, involucramos habilidades, preferencias, costumbres, etc. que determinarán cuál va a ser ese papel sexual y qué tan bien lo desempeñaremos. En este caso, hablamos de un proceso mucho más complejo, y que puede resolverse en la adolescencia, vida adulta o no resolverse nunca.

La orientación sexual, por ejemplo, está relacionada con la identidad de género, e implica identificación hacia con un género determinado, ya sea hombre o mujer. En esencia se refiere a una atracción emocional, sexual y afectiva hacia otra persona que puede ser del mismo sexo, sexo opuesto o ambos sexos. De aquí se derivan los términos de homosexual, heterosexual y bisexual.

Finalmente, la transexualidad tendrá que ver más con la identificación de género que con la orientación sexual. Es evidente que un transexual sabe a qué sexo pertenece biológicamente, sabe que nació hombre o mujer. La diferencia es que no se identificó con ese sexo en particular, sino con el contrario. No se trata de identidad sexual, sino de la identidad de género.


CONCLUSIÓN:

Muchos científicos y estudiosos de la materia han optado por emplear el término "identidad sexual" como sinónimo a la "identidad de género". En realidad éste último fue acuñado por Money en base a sus "descubrimientos" relacionados con la identificación de niños hacia un género en particular, independientemente de cuál era su sexualidad biológica. Debido a la confusión innecesaria que crea la existencia de ambos términos, se ha optado por un sólo término a emplear: "identidad sexual", haciendo las cosas más prácticas y fáciles de comprender para todos.

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