Salir del armario ya no es lo mismo que hace veinte años. Los valores han cambiado y se vive más un ambiente de tolerancia y aceptación por parte de personas libres de prejuicios. Pero, ¿qué ocurre en la intimidad, en el proceso individual y único de enterarse, comprender o recapacitar sobre la propia orientación sexual?
El rompimiento de estereotipos ha abierto la brecha de la aceptación. Saber que se es gay hoy en día es más fácil también por el acceso a sobrada información a bajo costo. Sin embargo, saber que se es homosexual no es suficiente para salir del clóset (coming out), parece ser que además es necesario confirmarlo. Una cosa es creer ser, y otra, llevarlo a cabo. Todo proceso de acción siempre va de adentro hacia afuera, es por eso que hacerle caso a la intuición puede salvar cabezas.
Las reacciones por parte de tus padres, hermanos(as) o amigos pueden ir del odio a la admiración. No esperes mucho de los demás, si te hace sentir tranquilo(a) la idea de decirlo a ciertas personas (o publicarlo abiertamente a todo el mundo), entonces esa será la decisión más acertada. Si te aterra el sólo hecho de pensar de que alguien de tu familia se entere, descuida, no es una obligación moral confesarte con nadie. Tu sexualidad es un aspecto que corresponde a tu vida íntima y privada, y tienes todo el derecho de ocultarlo todo el tiempo que quieras... o puedas.
Muchas personas que deciden confesar su orientación sexual lo hacen porque los hace sentirse más cómodos y confiados, se liberan del peso que representa mantener un secreto. Si lo analizas con detenimiento, podrás llegar a la conclusión de que no es realmente necesario decirselo a mucha gente, sólo a aquellos que, por cercanía, podrían descubrirlo; pero si lo descubren por su cuenta, ¿qué más daría confirmarlo?
Para algunas personas, en cambio, decirlo es necesario, o incluso urgente, para sentirse bien y seguros(as) de sí mismos. La aprobación de familiares, amigos, y hasta conocidos, les es importante y no podrían vivir ocultando una situación así, tan importante. Todo va a depender del carácter de cada quien, de la forma en que quiere y ha aprendido llevar su vida. La discreción para algunos es algo fundamental, para otros, mientras menos discreto y más ruidoso, mejor que mejor. Y no se puede juzgar a nadie por esa decisión.
El problema de no enfrentar una emoción y deseo homosexual persistente en esa etapa crucial de la vida es que tarde o temprano va a emerger dentro del seno heterosexuales que has decidido crear. Probablemente ella (él) (tu pareja) se de cuenta tarde o temprano de que no eres realmente feliz con la relación. Consumar el casamiento y tener hijos no te va a hacerte menos homosexual, si lo eres realmente, ni mucho menos te va a convertir en hetero tal como muchos creen. Lo que no saben muchos es que ser homosexual no es el problema, el problema está en cómo actúas frente a ese deseo sexual de relacionarte con otros.
Las reacciones por parte de tus padres, hermanos(as) o amigos pueden ir del odio a la admiración. No esperes mucho de los demás, si te hace sentir tranquilo(a) la idea de decirlo a ciertas personas (o publicarlo abiertamente a todo el mundo), entonces esa será la decisión más acertada. Si te aterra el sólo hecho de pensar de que alguien de tu familia se entere, descuida, no es una obligación moral confesarte con nadie. Tu sexualidad es un aspecto que corresponde a tu vida íntima y privada, y tienes todo el derecho de ocultarlo todo el tiempo que quieras... o puedas.
Muchas personas que deciden confesar su orientación sexual lo hacen porque los hace sentirse más cómodos y confiados, se liberan del peso que representa mantener un secreto. Si lo analizas con detenimiento, podrás llegar a la conclusión de que no es realmente necesario decirselo a mucha gente, sólo a aquellos que, por cercanía, podrían descubrirlo; pero si lo descubren por su cuenta, ¿qué más daría confirmarlo?
Para algunas personas, en cambio, decirlo es necesario, o incluso urgente, para sentirse bien y seguros(as) de sí mismos. La aprobación de familiares, amigos, y hasta conocidos, les es importante y no podrían vivir ocultando una situación así, tan importante. Todo va a depender del carácter de cada quien, de la forma en que quiere y ha aprendido llevar su vida. La discreción para algunos es algo fundamental, para otros, mientras menos discreto y más ruidoso, mejor que mejor. Y no se puede juzgar a nadie por esa decisión.
¿Qué sucede si simplemente no salgo del armario y llevo una vida "normal" conociendo mujeres y haciendo sociedad como cualquier otro?
El problema de no enfrentar una emoción y deseo homosexual persistente en esa etapa crucial de la vida es que tarde o temprano va a emerger dentro del seno heterosexuales que has decidido crear. Probablemente ella (él) (tu pareja) se de cuenta tarde o temprano de que no eres realmente feliz con la relación. Consumar el casamiento y tener hijos no te va a hacerte menos homosexual, si lo eres realmente, ni mucho menos te va a convertir en hetero tal como muchos creen. Lo que no saben muchos es que ser homosexual no es el problema, el problema está en cómo actúas frente a ese deseo sexual de relacionarte con otros.