Edmund, esperando a que salgan las pizzas del horno. (Flickr) |
Ya hiciste todo lo que tenías que hacer, y ahora estás enfrentando esa ansiedad que ocasiona no saber qué más hacer. Faltan horas aún para irse a la cama y estás harto de ver y hacer siempre lo mismo. Debes saber que no estás solo(a), hay miles de personas que viven la misma situación en este momento. El aburrimiento es un sentimiento muy común, probablemente el mal más común de todos.
Generalmente nos aburrimos porque nos dejamos llevar por la monotonía de la vida cotidiana. Los peores días podrían ser los del fin de semana, y principalmente el domingo. A continuación, algunas ideas de qué puedes hacer para combatir eficazmente el aburrimiento:
CONTINÚA ALGO QUE HAYAS DEJADO DE HACER: Tómate algunos minutos para relajarte y trata de recordar alguna actividad que por alguna razón hayas dejado de hacer y se haya quedado a medias. Organizar esa actividad no sólo te conectará con los sentimientos positivos que la despertaron originalmente sino te ayudará a sentirte más completo.
DESCUBRE ALGO QUE SIEMPRE QUISISTE HACER: Realiza una actividad que siempre te haya llamado la atención, pero por una u otra razón sólo se ha quedado en tu imaginación. Eso puede ser el comienzo de una nueva e interesante empresa.
CONTACTA A ALGUIEN A QUIEN NO HAS VISTO HACE MUCHO: Saludar de sorpresa a un viejo amig@ que tenías tiempo de no ver, aunque sea sólo por teléfono no sólo podría ser una situación agradable para tu amig@ sino traerás probablemente a colación viejas y divertidas memorias. A veces es buena idea tomar nuestro directorio personal y realizar llamadas para refrescar relaciones.
ABSTENTE DE LO COTIDIANO: Si estás harto de leer, sal de tu casa y da una vuelta por allí, ve al cine, pinta o decora una habitación, etc. Si estás harto de ver gente y hacer tareas domésticas, has lo contrario, lee, abstráete del mundo y sumérgete en una buena lectura, pinta un cuadro, arma un rompecabezas o escribe; está comprobado que el escribir despeja muchas ideas no resueltas. La idea es: has lo contrario de lo que cotidianamente haces.
Cualquiera sea la tarea que decidas realizar, recuerda que la mejor respuesta está en tu imaginación. Puede que al principio no te parezca la moción, pero con intentarlo no sólo no perderás nada sino tendrás la posibilidad de tener nuevas experiencias que a su vez estimulen tu imaginación y creatividad.
NOTA: Si no funciona nada de lo
anterior o te parece que no aplica a tu caso, debes recordar —y
esto es muy serio— que
en las cosas más insignificantes se esconden las maravillas más
asombrosas de la vida. Relájate y medita, aléjate de tus
pensamientos, que son la causa principal de nuestra infelicidad.
Aprende a sentir tu cuerpo, a percibir cada movimiento y ser
conciente de tu propia respiración, y a simplemente ser y
sentirte feliz. El sentimiento de felicidad no tiene por qué
estar condicionado a las cosas materiales. Puedes escoger en
cualquier momento sentirte feliz sin necesidad de que ocurra algo
bueno. La felicidad es un sentimiento que podemos evocar a voluntad,
está demostrado. Al final te darás cuenta que la vida sólo es un
momento, el presente.