Aceptación y auto-aceptación

Ser distinto a los demás no es una opción, es una condición. La pregunta es: ¿por qué deseamos no ser diferentes?, o dicho de otro modo: ¿por qué tememos ser diferentes?

La norma (lo normal) es una palabra que implica el concepto mayoría. Ser normal, por tanto, implica ser como la mayoría. Y es eso precisamente lo que
deseamos ser después de todo: normales. ¿No es así? Pues bien, la norma, en realidad, es un concepto subjetivo; y digo subjetivo, porque siempre va a depender del contexto en el que se emplee.

Por ejemplo: Juan es gay y se percibe como tal. Cuando asiste a las reuniones de su promoción, de pronto se siente "anormal" por ser gay. Todos sus ex-compañeros de clase, o están casados, o divorciados, o con hijos o con novia, etc., pero él no, él es gay, y lo sabe, y le perturba. Sin embargo, percibe un sentimiento por completo distinto cuando asiste a una reunión con sus amigos gays, y entonces, se siente "normal", es decir, como todos los demás.

La pregunta es: ¿Juan es normal en términos generales o no lo es? Si se observa a Juan como miembro de una familia normal, con amigos normales y con estudios y trabajo normal, podemos llegar a la conclusión de que Juan está dentro de lo esperado socialmente hablando. Pero Juan de pronto percibe una sensación de no ser normal, de estar en contra de las "leyes de Dios", ya sea por aquella reunión con su promoción del cole, o un comentario despectivo que alguien hizo respecto a la gente gay. Juan empieza entonces a dudar sobre su normalidad como ser humano, y sobre esa idea aparecen una infinidad de imágenes autodestructivas que terminan dañando severamente su autoestima. "Lo han dicho personas con autoridad -piensa-, ¿por qué no creerles? " o "...ya sabía que algo no estaba bien en mi...".

Bajo estas circunstancias, nada evitará que Juan se vea como una persona anormal si sigue prestando atención exclusiva a todos los mensajes de discriminación y rechazo sobre su condición sexual, propios de una sociedad conservadora. Será muy difícil, si no imposible para Juan cambiar estas condiciones externas, ya que escapan definitivamente a su campo de control personal.

Pues bien, debemos dejar en claro que la normalidad, sin importar qué autoridad lo diga, es un promedio de posibilidades que dependerá siempre de las circunstancias de vida, y no necesariamente de un conjunto de características individuales.

Alguien puede ser "anormal" por no tener relaciones sexuales como la mayoría acostumbra. No obstante, tampoco deja de ser normal, ya que, como todo el mundo, asiste a su trabajo regularmente, habla con educación como la mayoría y tiene un nivel aceptable de cultura y relaciones sociales.

La discusión sobre la normalidad en psicología gira, por tanto, en torno a la capacidad de adaptación, no a la manera particular de hacerlo. Por esto mismo, una patología (que se considera anormal) involucra no sólo un comportamiento, sino una serie de comportamientos, pensamientos y emociones que conllevan a la incapacidad de adaptarse a las condiciones de vida requeridas.

Si el comportamiento de la persona no implica un deterioro en sus habilidades sociales, cognitivas o afectivas; es decir, que la persona está en plena facultad para establecer amistad con otras personas, tener amigos, aprender un oficio con el cual procurarse un sustento o poder amar a otros y tener compasión, entre otras cosas, no será posible ciertamente llegar a la conclusión de una psicopatología. Hace lo que se espera que haga cualquier individuo normal, aunue su normalidad sea diferente de lo convencional socialmente hablando.

Por supuesto, existen problemas de adaptación menores asociados a la homosexualidad, pero ya no debido a las capacidades personales de adaptación sino al estigma socialmente creado y que tiende a marginar a las personas que se catalogan o se identifican con tendencias sexuales diferentes.

Los problemas emocionales o de desempeño laboral, si se presentan, probablemente estén más relacionados con los prejuicios sociales y de discriminación que con las capacidades adaptativas innatas.

Qué se aconseja

Es aconsejable conocer a otras personas con los mismos o parecidos valores e intereses para comprender mejor la situación personal. Qué han hecho para adaptarse a nuevos entornos y cómo han aprendido a sobrellevar su situación. No obstante, el primer paso siempre es ver hacia adentro y conocerse a uno mismo, principalmente en las adversidades.

No esperar ser aceptado y comprendido por los demás, antes bien, ser proactivo y actuar en función de los propios deseos y metas.

La doble vida que algunos prefieren llevar es probablemente el resultado del miedo al rechazo y la falta de autoaceptación. La autoaceptación es clave en la mejora de la autoestima porque fortalece la individualidad, el concepto de ser diferente a los demás, y que implica originalidad y responsabilidad.

La convicción de aceptarse como alguien diferente debe ser, además, profunda, honesta, sensata. No hay medias tintas porque al inconsciente no se le puede engañar. Todo debe venir del corazón, de un deseo profundo y sincero.

Ser único implica no tener igual, ni hoy, ni en la eternidad. Nunca habrá alguien como lo que somos hoy, y eso implica la forma única de pensar y hacer las cosas. Descubrirlo será un valor incalculable.

Tratar de encajar en los papeles preestablecidos por la sociedad es como intentar renunciar a nuestra unicidad o individualidad. Es otra forma de negar nuestra existencia. Pero afrontarlo siempre es un reto enorme y a veces complicado.

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