Las etiquetas y los etiquetados

Crédito de la foto: Allspire - flickr
Las personas tendemos a etiquetarlo todo, tal vez por simple costumbre, tal vez porque con ello logramos un mejor entendimiento de nuestro mundo en caos.

Etiquetar las cosas para comprender y aprender de ellas es lo esperado, pero cuando se trata de personas, aquello no parece ser tan bueno, aunque debamos reconocer que de alguna forma también ayuda.

Ponerle etiquetas a las personas puede traer consigo un falso entendimiento de aquel quien ha sido etiquetado. Dejamos de entender lo singular o particular para caer en el prejuicio, a veces, injusto. La etiqueta realmente oscurece no sólo las características más sutiles e interesantes de una persona sino dificulta la posibilidad de cambiar la visión que los demás tienen.

Para algunos esta etiqueta puede ser de carácter peyorativo, y pueden llegarse a ofender, por lo que los demás tienen muchas veces el cuidado de no decírselo o hacérselo saber. Para otros, en cambio, aún bajo una etiqueta claramente denigrante, parece no molestarles en absoluto, aceptando abiertamente aquel rótulo que alumbra radiante sobre su persona.

Creerse el rótulo impuesto


De tantas veces que hemos escuchado nuestra etiqueta llegamos a un punto en que nos la adjudicamos automáticamente. Llegamos pues a creer y aceptar sin cuestionamiento lo que los demás dicen de nosotros, dudando seriamente en las posibilidades de cambio.

Identificarse con una etiqueta implica anular toda posibilidad de cambio futuro, porque nuestras expectativas se plantearán en función de la conducta esperada por los demás, según la etiqueta impuesta. Muchas personas gay, por ejemplo, han sido seriamente acusadas y etiquetadas por su homosexualidad, creyendo que toda esa basura acusatoria está realmente asociada a ellas y las define tal cual son. Muchos no saben cómo proceder ante este acoso, y se lo creen con tanta fe que llegarán a quitarse la vida en un arranque de desesperación.

Los demás siempre verán una parte del todo, no el todo. Pero nosotros tenemos la potestad, el derecho y la oportunidad de ver todas y cada una de las partes en que se compone nuestra personalidad. ¿Por qué no?, después de todo hemos pasado toda una vida con nosotros mismos, sabemos qué hacemos y cómo reaccionamos en determinada situación; a diferencia de los demás, que sólo han tenido la oportunidad de vernos y evaluarnos en ciertas y muy específicas circunstancias.

Tener la vista panorámica de nosotros mismos implica también deber tener una idea más o menos clara de quienes somos realmente (nuestra identidad), y si esa vista (u opinión) concuerda o no con la etiqueta que otros han colocado sobre nuestra persona.

Las etiquetas que otros nos imponen muchas veces sirven como referentes para poder ver algo en nosotros que no podemos ver "desde adentro". En este aspecto, el asunto puede tornarse doloroso, porque lo que oímos que "somos" no siempre concuerda con la visión que tenemos de nosotros.

Tal vez lo más acertado después de todo es: ni rechazar, ni aceptar por completo una etiqueta impuesta. Tal vez, lo mejor será reetiquetarnos de manera "novedosa" o creativa. Quedarse en el término medio puede ser una ventaja. Las personas, sin saber juzgan por lo que ven, —pues hay cosas de nuestra actitud que no podemos ver desde dentro—, nos orientan en cierta forma a ver algo que nosotros no logramos, o que tal vez inconscientemente llevamos a cabo y resulta molesto para otros. No lo sabemos a ciencia cierta, así que a veces puede ser aconsejable escuchar ambas partes sin caer en el extremo. Escuchar ambas partes —la nuestra (percepción interna) y la de los demás— nos proporciona nuevas herramientas, tal vez más confiables de lo que pensamos. Saquemos una conclusión y seamos realistas con nosotros mismos. No es para ponerse a llorar, es para reflexionar más profundamente empleando los parámetros que se encuentran al alcance.

¿Crees que las etiquetas que otros nos imponen pueden sernos de utilidad? ¿Conoces algún caso en particular? ¿Te ha ocurrido algo semejante? Comenta, tu opinión puede ayudar a mucho otros.

Gracias por leer.