Niñez y desviaciones sexuales


Los elementos de la conducta sexual que llamamos "parafilias" en el adulto, se presentan regularmente en los infantes y en los niños de corta edad. Sin embargo, dichos comportamientos de la infancia no implican necesariamente la aparición de desviaciones sexuales en la edad adulta.

En el caso de la homosexualidad, se ha observado que la exploración mutua de los órganos genitales por dos (o más) niños del mismo sexo, a veces con esfuerzos de masturbación mutua, es muy frecuente en el período de latencia (entre los 5 o 6 año hasta comienzos de la pubertad), fase que también se caracteriza por la preferencia de la compañía con miembros del mismo sexo.

El voyeurismo y exhibicionismo en niños pequeños, son tan comunes que no exigen que demos aquí un ejemplo. Las actividades sádicas y masoquistas son menos frecuentes, sin embargo es muy probable que todos los niños expresen tendencias de esa índole en determinadas épocas de su vida. Por ejemplo, es probable que todos los niños pequeños que tienen mascotas las "atormenten" de cuando en cuando. En forma análoga, si tienen muñecas o animales rellenos, sentirán cierto placer en pegarles o portarse cruelmente con ellos en ciertas ocasiones.

Cuando un hermanito y una hermanita pelean, medio en serio y medio en broma, el infringir y recibir cierto grado de dolor en condiciones que también tienen significado erótico (inconsciente), pueden ser considerados como una especie de sadismo y masoquismo elementales.

La perversión llamada fetichismo tiene su equivalente normal en la niñez, en el placer derivado del contacto íntimo con algún objeto inanimado, tal como una almohada, una sábana o un juguete cubierto de piel (que han sido íntimamente asociados con el acto de recibir el afecto de los padres).

Por esta razón puede decirse que cierto grado de predisposición para el desarrollo subsecuente de desviaciones sexuales o parafilias se encuentra universalmente presente, y se deriva de la constitución sexual de los humanos, mas ciertas experiencias tempranas muy comunes. Lo cierto es que los individuos y la sociedad revelan gran ansiedad por la existencia del problema de las desviaciones sexuales y por lo tanto tienden a responder punitivamente y con frecuencia de una manera irracional con respecto a los niños que presentan estas diferencias.

Fuente de referencia: Hofling. Tratado de psiquiatría. 2da. ed.