"Quien no sabe poblar su soledad, tampoco
sabe estar solo entre una
multitud atareada."
(Charles Baudelaire, 1821-1867)
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¿Alguna vez le ha tocado pasar una
Navidad en completa soledad, sin nadie con quien compartir? ¿Tal vez
el Año Nuevo? Para muchos es sólo un día más, pero para algunos
puede representar algo muy significativo. Ya sea por que sea mayor,
viudo(a), soltero(a) o porque esté temporalmente en el extranjero, los días
festivos como la Navidad o Año Nuevo no pasan desapercibidos y duele
estar solo(a).
Entonces se preguntará qué es lo que
pasa, ¿acaso Dios me ha castigado? ¿Acaso hay algo malo en mi que
ahuyenta a la gente de mi lado? Pero antes de seguirse martirizando
debemos aclarar un punto, y es que usted no es la única persona que
está solo o sola, existe una de cada cuatro personas que están
solas y viven solas por uno u otro motivo. No se extrañe entonces
toparse de pronto con alguien en su misma situación.
Estar solo(a) no es necesariamente un
signo de enfermedad psicológica, de
trastorno de personalidad o de adaptación, como muchos atribuyen.
Con frecuencia es una situación inevitable que, tal vez debido a su
trabajo o a las circunstancias, se ha dado. Pero además, a veces
estar solo(a) es mejor que estar con alguien problemático(a) o
perturbador, ¿lo ha pensado?
Muchos creen que estar solo(a) es
sinónimo de ser inferior a los que no lo están. Tal vez pensará
que "nadie quiere estar con migo", y por tanto "tengo
un problema psicológico o de algún tipo". Pero reflexione por
un momento y pregúntese: ¿entonces son enfermas e inadaptadas todas
las personas solteras y solitarias? ¿Es necesario casarse y tener
familia para dejar de ser un inadaptado o antisocial? Me imagino que
ya tiene una respuesta, y es: no, definitivamente
no. No es posible decir que una persona sea inadaptada sólo por el
hecho de estar sola o soltera, o sólo porque la mayoría de las
personas no lo están. Que la mayoría de las personas sea, tenga o
haga esto y aquello es sólo una tendencia estadística, no se deje
engañar.
¿Sabe cuántos divorcios y
separaciones ocurren cada día cada ves que usted se pregunta por qué
estoy solo(a)? Se sorprenderá saber que sólo en España ocurren,
según los datos que derivan del Consejo General del Poder Judicial,
un divorcio cada 3,7 minutos, lo que equivale a 16 cada hora y 386 al
día, con un total de 141,817 divorcios al año y un incremento del
51% con referencia al año anterior (2005) (fuente, 20minutos.es,
mayo, 2007). Ahora calcule cuantos divorcios podrían suceder
alrededor del mundo por minuto. Tal vez unos cuantos por cada suspiro
que de en su pesar. Podrá pensar: “mal de muchos consuelo de
tontos”, sin embargo, no le menciono este dato para consolarlo(a)
sino para reflexionar y hacernos la pregunta: ¿debemos decir
entonces que todas estas personas padecen de un problema mental?
Imagine cuántas personas se divorcian
o se separan o terminan su relación un día antes de Navidad o Año
Nuevo y pasan la festividad a solas; cuántas personas se quitan la
vida por ese hecho. ¿Preferiría vivir en conflicto con una persona
y pensar en el divorcio todos los días antes de estar solo(a)? Para
ser honesto, en lo personal considero que todo el problema con el
sentimiento de soledad y tristeza radica en nuestra mente y en cómo
manejamos la idea de estar a solascon nosotros mismos. Las causas o circunstancias, o el por
qué ocurrió es lo de menos. Lo que importa es cómo podemos
sentirnos mejor y pensar en qué podemos hacer al respecto.
Estar solo(a) en una fecha determinada,
y sentirse mal por eso, más tiene que ver con el punto de vista que
con la circunstancia. Usted sabe que podría ser pasajero y todo
podría tratarse de una coincidencia. Ahí afuera hay miles y miles
de personas buscando a alguien con quien estar, probablemente muchos
de su condición podrían estar de acuerdo en hacerse mutua compañía.
Digamos que cambia la premisa "estoy
solo(a) por mi incapacidad o inferioridad" a "estoy solo(a)
porque todavía no he encontrado a la persona apropiada o los amigos
correctos". Mucho tiene que ver la forma en que vemos el
problema, y a veces el problema es justamente la forma en que
vemos el problema. No se trata de un problema de
desempeño personal (porque somos mejores o peores que otros), sino
de la manera en que actuamos, de nuestra actitud ante las
circunstancias que ahora, justamente ahora, se presentan, y coinciden
con una determinada fecha en la que se espera que "todo el
mundo" esté en compañía y comparta. Esa frase: "todo
el mundo" es falsa, es vendida y aceptada por los que no creen
en sí mismos. La realidad es que no todos somos iguales, de hecho,
nadie es igual a nadie. El problema es cuando queremos equipararnos a
los demás, cuando creemos que debemos ser como los
demás, cuando queremos ser iguales a "todo el mundo" y nos
damos cuenta que estamos muy lejos de esa realidad.
“Es que mi primo Julio tiene tantos
amigos que lo quieren... ¿por qué yo no puedo hacer eso?” No
sabemos en realidad si en el fondo tiene las mismas necesidades que
el primo Julio, o desea la misma vida que tiene él. Probablemente
sus características de personalidad (y por tanto sus necesidades)
sean muy distintas a las del primo Julio. Esa disonancia de ideas
y creencias de lo que creemos que es lo más "correcto"
para nosotros o lo más "sano" es muchas veces la causa del
conflicto emocional en sí mismo.
Si está tan desesperado(a) por
encontrar compañía sin importar qué tipo de compañía encuentre,
adelante, salga a la calle y verá a muchas personas solas,
comenzando por el mendigo de la esquina. Sin embargo, su problema no
es la desesperación por encontrar a alguien, más bien radica en la
decepción que representa el hecho de estar solo(a). No
desespere, confíe en usted, en sus posibilidades, en su situación,
las cosas no ocurren porque sí, y de vez en cuando aparecen personas
especiales por ahí, justamente aquellas que nos hacen ver lo que no
podíamos por nosotros mismos.
Para concluir, le deseo lo mejor, trate
de gozar y ser feliz en cada momento de su soledad, aunque suene
irónico. Ayude a alguien, eso puede cambiarle el
día, o incluso la vida.