Los riesgos de un mal uso de la
tecnología, que se centran principalmente en los jóvenes, se vienen
publicando desde hace décadas. Los efectos indeseados, de hecho, ya
tienen tiempo de estar sucediendo, aunque se han implicado de manera
lenta y silenciosa en la sociedad.
En la actualidad se han observado
cambios indeseados en el comportamiento social y de rendimiento
en las personas, algunos producidos por un conjunto de síntomas patológicos tales como la fobia a quedarse sin el smartphone, conocida como nomofobia; la angustia de estarse perdiéndose de algo importante por estar desconectado, conocida como síndrome FOMO (del inglés Fear of Missing Out), o la fobia a estar conectado (ciberfobia), entre otras.
en las personas, algunos producidos por un conjunto de síntomas patológicos tales como la fobia a quedarse sin el smartphone, conocida como nomofobia; la angustia de estarse perdiéndose de algo importante por estar desconectado, conocida como síndrome FOMO (del inglés Fear of Missing Out), o la fobia a estar conectado (ciberfobia), entre otras.
Qué es el tecnoestrés y cómo podemos evitarlo
El psiquiatra Graig Brod, fue el
primero en definir el concepto de tecnoestrés como un
trastorno adaptativo en su libro Technostress: The Human Cost of
the Computer Revolution. Y en efecto es descrito como un
trastorno adaptativo debido a una incapacidad en el empleo moderado
de las nuevas tecnologías (PCs, tablets, smartphones, etc.)
También Larry Rosen y Michelle Well
(1997), en su famoso libro Technostress: Coping With Tochnology
@Work @Home @Play, definen el concepto como un efecto negativo
de la tecnología que afectan directamente las actitudes y fisiología
de una persona. Según estos autores, la manera como la tecnología
puede impactar en la vida de alguien es por el exceso de manejo de
información, o lo que ellos denominan infoxicación.
Si bien es cierto que hay un exceso de
información en Internet, es importante aclarar que la información
en sí misma no es el problema, sino la manera como las personas la
administran. Al final, es la actitud del usuario la que
provoca el trastorno, tal como sucede con cualquier otra
fuente de estrés y ansiedad, como el trabajo excesivo o conducirse
en el tráfico de la hora pico.
Entre los síntomas
característicos del tecnoestrés están:
- Un sentimiento de incapacidad de autocontrol.
- Aparición de síntomas de ansiedad característicos, como irritación, cansancio, insomnio, etc. Según Russell Johnson, profesor de la Universidad Estatal de Michigan, considera que los smartphones están casi perfectamente diseñados para perturbar el sueño de la gente.
- Posible presencia de tecnofobia, o fobia y rechazo a todo lo relacionado con la tecnología o el internet. Es decir, una reacción contraria a los deseos originales que tampoco resulta adaptativa.
- Fatiga o cansancio mental, que se expresa principalmente como falta de atención y concentración, lo cual dificulta la habilidad de resolver problemas de forma eficiente.
- Necesidad apremiante de adquirir lo último en tecnología, con el riesgo de caer en depresión, tristeza o ansiedad si no se consigue lo deseado.
- Un desarrollo de la capacidad de manejar varios dispositivos a la vez, lo que se traduce en atención dispersa, y que también puede provocar problemas de concentración y memoria.
- Empobrecimiento del lenguaje con el empleo rápido y sincopado de palabras o jergas personalizadas. Lázaro Carreter dice: "El lenguaje nos ayuda a capturar el mundo, y cuanto menos lenguaje tengamos, menos mundo capturamos." Así... "una mayor capacidad expresiva supone una mayor capacidad de comprensión de las cosas. Un lenguaje empobrecido equivale a un pensamiento empobrecido."
- Evitación del contacto social o preferencia exclusiva a estar conectado todo el tiempo.
- En los niños y adolescentes pueden presentarse problemas de rendimiento académico, una falta de buena comunicación con sus iguales y familiares, y hasta el desarrollo de fobia social.
¿Por qué las personas desarrollan tecno-adicción?
Una posible explicación se relaciona
con el sistema laboral actual.
El agobio laboral se está volviendo un
problema importante para las empresas, y mucho del problema se lo
deben al ritmo acelerado de trabajo ("time is money"):
compromisos establecidos, gestión de tareas simultáneas, y mucho de
ese rendimiento depende del uso de internet y los aparatos
electrónicos. En otras palabras, la cultura laboral y económica de
la empresa es hoy, más que nunca, dependiente de la red y las nuevas
tecnologías.
Si sobre estas necesidades del
empleado, se suma un interés particular por distracciones mentales
que también se relacionan con la tecnología (facebook, instagram, videojuegos, etc.) el resultado es un exceso.
La tecnología, en este caso, viene a ocupar un lugar, ya no sólo
predominante, sino absoluto en la vida de las personas, haciéndolas
cada vez más dependientes y adictas a estos medios.
Encontrando
soluciones al tecnoestrés
Según Antonio Cano, presidente de la
Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés,
es necesario educarnos como usuarios de internet. "Hay
que usar las nuevas tecnologías de manera que nos faciliten la vida
y no nos pasen factura", afirma. Las empresas deberían brindar
programas de "prevención" a sus empleados más
vulnerables, así como "rehabilitación" en aquellos
afectados.
Estas personas, que prácticamente
viven del internet y la tecnología (dentro y fuera de su trabajo),
son las que están en el ojo del huracán. A continuación se
mencionan algunos consejos para evitar o controlar toda clase de
malestar relacionados:
- Reserva un día a la semana sin tecnología, y aprovecha el momento para comunicarte de forma verbal cara a cara con otras personas.
- Emplea la tecnología para actividades realmente necesarias, es decir, que tengan una utilidad evidente y comprobable.
- Establece un plan de trabajo a la semana, limitando cada día el tiempo de conexión a internet o con el uso de aparatos electrónicos.
- Si experimentas síntomas de ansiedad o estrés, retirate o apaga el dispositivo por unos minutos, cierra los ojos y trata de poner la mente en blanco. En otras palabras, "resetea" tu cerebro o, apaga y enciende tu computador biológico.
- En tu tiempo libre realiza ejercicios físicos y de meditación y relajación.
- Emplea tu sentido común: las nuevas tecnologías no son un problema, todo lo contrario, facilitan nuestras vidas y formas de comunicarnos. Sólo aprende a ser moderado con su empleo.
REFERENCIAS: