Rol sexual en parejas gay: el conflicto en personas exclusivamente activas

¿Qué ocurre cuando a mi pareja no le gusta ser penetrada? ¿Deberíamos terminar la relación? ¿Es normal esto entre gays? ¿Tiene que ver con identificarse con un rol femenino o masculino el hecho de que me guste o no ser penetrado?


Hay una fuerte tendencia en la población en general a pensar que una pareja gay está compuesta por uno que funge como hombre y otro como mujer. Esto se debe a un estereotipo instituido por la tradición heterosexista. De hecho hay gays que no les gusta ser penetrados porque creen jugar un rol exclusivamente masculino dentro de la relación. Así mismo se puede dar el clásico ejemplo de defender la "última frontera", la última esperanza que alberga un padre hacia con su hijo cuando se entera de que este es homosexual. Aquel padre que después de luchar tanto con la aceptación le pregunta a su hijo: ¿pero eres el que hace de hombre en la relación no?

En todo caso, casi siempre se trata de una visión machista o heterosexista. El placer sexual de ser penetrado es algo que también experimentan algunos heterosexuales, pidiéndole a su mujer que les introduzca un dildo. Con esto llegamos a la conclusión de que el placer anal no está relacionado con ser o no homosexual o jugar un rol de mujer, está relacionado más bien con la anatomía natural del cuerpo masculino.

Tal como se menciona en Rol sexual y socialización, los roles sexuales se aprenden desde la infancia, y continúan desarrollándose a lo largo de la vida. No debemos confundir el rol sexual con el hecho de ser pasivo o activo en una relación gay, ya que este no está asociado a lo biológico, sino a un estereotipo social y universalmente aceptado. En otras palabras, tener una predilección por ser pasivo o activo en una relación sexual tiene más que ver con la capacidad de desarrollar sensibilidad y placer en la estimulación recto-anal que con un papel sexual establecido previamente por la sociedad.

Una relación de pareja no debería terminar por causa de una preferencia exclusivamente activa por parte de uno de los integrantes. Actualmente, al parecer, existe la idea a creer que hay un "punto G" en los hombres, equivalente al de las mujeres. Aunque aún se debate este aspecto y la controversia persiste, hay personas que afirman la existencia de tal área y es sólo cuestión de localizarla y estimularla adecuadamente.

Una forma alterna de estimular la próstata es
estimular la región externa entre el ano y
los testículos, aunque el resultado es menos
intenso
El punto G en el hombre (a veces llamado punto P) parece estar ubicado en la región prostática, y no es fácil acceder a este ya que su estimulación es indirecta, por medio de la pared rectal (ver ilustración). Es por este motivo que a muchos hombres les molesta esta práctica y tienden a rechazarla. Otros, en cambio, reportan mayor excitación con la apropiada estimulación, generando una erección y una mayor intensidad en la respuesta orgásmica. Hay que hacer notar que existen métodos para aprender a estimular esta área

Antes de terminar con una relación de pareja debido a la frustrante situación psicológica de no poder penetrar al compañero, será necesario informarse bien al respecto y ver las posibilidades de estimular las áreas correctas en colaboración del compañero. No hace falta advertir que el proceso deberá realizarse con cuidado y de forma gradual, y tomar en cuenta la posibilidad de no encontrar finalmente ningún área de estimulación adicional, porque como se aclara más arriba, no todos los hombres poseen dicha característica.

Gracias por leer. Hasta la próxima entrada.