Muchas
personas tienen miedo a
este tipo de relaciones debido a su
impredecibilidad y la alta probabilidad
de no tener buenas
experiencias.
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Las posibilidades son muchas y muy
variadas, en cuenta aquella en la que podemos conocer a la “pareja
ideal”. Aunque el impulso básico del sexo casual es la búsqueda
de placer sexual con la expectativa de una “relación express”,
en algunos casos puede darse lo insospechado: el enamoramiento.
Sea como sea, la gran pregunta es: ¿qué
tan perjudicial puede ser el sexo casual en nuestras vidas? ¿Podría
volvernos estériles, faltos de amor, de dignidad, de autoestima,
apáticos, etc.? Muchas personas que sienten a veces la necesidad de
tener sexo sin que por ello deban comprometerse con alguien a largo o
mediano plazo se sienten mal, probablemente por la cuestión moral, o
tal vez por la posibilidad de adquirir una deficiencia o enfermedad.
Estas relaciones, para sorpresa de
algunos, parecen ser más frecuente de lo esperado. Se han vuelto
tema prioritario desde finales del S. XX, principalmente entre
adolescentes o adultos jóvenes, hijos de la tecnología.
Consecuencias
psicológicas más frecuentes
El sexo casual existe desde los
principios de la sexualidad humana, pero empezó a verse como un acto
impuro y prohibido desde que la religión se volvió un estamento
social. Mucho después, a lo largo del siglo XX, los estudios
sociales y filosóficos del comportamiento humano, tales como las
publicaciones de Sigmund Freud y Michel Foucault empezaron a
desmitificar el misterio, haciéndolo un tema accesible y de
reflexión como fenómeno social.
Las consecuencias físicas son bien
conocidas por la mayoría, pues hacen referencia a las enfermedades
de transmisión sexual, incluyendo el VIH/SIDA, u otras como el
embarazo no deseado. El miedo a contraer enfermedades de este tipo o
resultados indeseables hace que muchas personas se abstengan en su
práctica, aunque hay métodos de protección también bastante
conocidos, por lo que la práctica sigue siendo una alternativa
inquietante.
En cuanto a las consecuencias
psicológicas, sin embargo, no se sabe mucho. Es probable que muchas
personas ni siquiera las tomen en cuenta. Pero existen, y dejan
secuelas igualmente indeseables tales como la depresión,
sentimientos de soledad, vacío emocional, etc.
¿Tiene
el sexo casual consecuencias positivas?
Siempre se ha hablado de las
consecuencias negativas del acto promiscuo o sexo casual pero, al
parecer, este no siempre es el caso. Hay estudios, como el que
realizó Eisenberg y cols. (2009), que demuestran que los modelos
tradicionales de relación están cambiando drásticamente. Eisenberg
y sus colaboradores encontraron, por eje, que adultos jóvenes que
afirman haber tenido sexo casual, no presentaron más riesgo
psicológico significativo a la depresión o la baja autoestima en
comparación a otro grupo, más conservador, que había llevado una
relación de compromiso estable.
La verdad es que existen opiniones
encontradas en cuanto a si el sexo casual tiene beneficios o no. Unos
estudios apoyan las desventajas, otros los beneficios. ¿Quiénes
tienen la razón? ¿Acaso dependerá básicamente de la manera de ver
el problema? Hay personas que afirman que hemos llegado a una época
de oro en cuanto a la tecnología que facilita y favorece el contacto
casual, una situación que “deberíamos aprovechar al máximo”. Y
que de hecho, millones de personas al rededor del mundo lo hacen sin
perder tiempo.
Otro estudio publicado en The
Journal of Sex Research en 2014
no apoya los datos del estudio anterior, por el contrario, una
muestra multiétnica de personas solteras heterosexuales y
estudiantes universitarios entre 18 y 25 años de edad, y en el que
una proporción mayor de hombres (18.6%) que de mujeres (7.4%)
reportaron haber tenido sexo casual un mes antes de las evaluaciones,
se encontró que el sexo casual estaba negativamente
relacionado
con el bienestar
psicológico
y positivamente
asociado
con el estrés.
El género de los participantes no alteró estas disposiciones. Por
lo que concluyeron que los estudiantes universitarios involucrados en
sexo casual pueden incrementar el riesgo de obtener resultados
psicológicos negativos.
Al hacer la pregunta: ¿existe problema
con ser adicto al sexo?, algunas personas se encogen de hombros y
aducen que “...el problema ha existido desde siempre, por lo que no
puede esperarse ninguna diferencia se haga lo que se haga...” No
obstante, otras personas de inmediato ponen el grito en el cielo ante
la misma pregunta. Todos reacciones según sus valores y esquemas.
La cuestión de si el sexo casual es
bueno o no, parece estar más relacionada con estos valores
individuales (así como costumbres y expectativas de relación
sexual) que con consecuencias fisiológicas o psicológicas reales.
El sexo casual se ha convertido en una
normativa entre muchos jóvenes, y es natural que depierte ya no sólo
curiosidad sino cierta preocupación por las consecuencias en la
salud sexual. “¿Estaremos haciendo las cosas bien?”
Como ya mencionamos, los hallazgos
sobre las consecuencias del sexo casual en la salud mental son
mixtos, y sugieren la presencia de ciertos factores moderadores
como la personalidad, actitud o el conjunto de valores y
creencias del individuo.
Vrangalova y Ong, realizaron un estudio longitudinal en 2014 en el
que examinaron la influencia moderadora de sociosexualidad
(definida como un comportamiento social-sexual permisivo) en el
bienestar psicológico (autoestima, satisfacción de vida, depresión
y ansiedad).
Tal
como se predijo, la sociosexualidad moderó el efecto del sexo casual
sobre el bienestar psicológico. Aquellos estudiantes sociosexuales
no restringidos típicamente
reportaron un elevado bienestar psicológico después del contacto
sexual casual, comparados con aquellos que no lo tuvieron. Sin
embargo, tales experiencias no se reportaron entre las personas
sociosexuales-restringidas:
aquellos que no ven con muy buenos ojos las relaciones espontáneas.
Además, tal como ha ocurrido en otros estudios similares, se
encontraron pocas diferencias de género. La autenticidad de la
propia conducta sexual también se tomó en cuenta.
Esto quiere decir
que las personas que se mostraron auténticamente interesados
y deseosos del contacto casual fueron quienes con más frecuencia
reportaron sentirse psicológica y emocionalmente mejor después de
la experiencia sexual. En tanto, el otro grupo no reportó de hecho
ningún efecto.
Otras
diferencias
El
sexo casual, por tanto, puede ser o no beneficioso según cómo se le
vea y experimente. Otros factores que determinan este tipo de
experiencias se relacionan con el comportamiento autónomo
y no-autónomo.
El
comportamiento autónomo
con respecto al sexo casual se refiere, por eje, a la atracción
sexual, al deseo de experimentar y explorar la propia sexualidad, y a
un sentimiento de que la experiencia en sí podría ser valiosa,
entre otras cosas. Mientras que el comportamiento
no-autónomo hace referencia a
situaciones externas que puedan impulsar a las personas a llevar a
cabo el acto sexual, como por ej, el estar ebrio, una esperanza
(expectativa) de que el encuentro sexual resulte algo más
significativo que el simple acto sexual, o la búsqueda de venganza
de una ex-pareja, etc.
Independientemente
del género, la no-autonomía parece estar relacionada con la baja
autoestima, una mayor depresión y ansiedad, así como a síntomas
más físicos. En las personas autónomas no se reportaron cambios
significativos o los cambios fueron positivos.
Conclusión
Aunque las
diferencias de género no fueron significativas en ninguno de los
estudios, se asume que el bienestar psicológico de las mujeres es
más probable que se vea afectado negativamente por el sexo casual
que el de los hombres, principalmente debido a que los peligros
potenciales (vergüenza social, sensación de abuso/manipulación,
embarazo, etc.) son mucho más elevados. La diferencia más
significativa, según Robert Weiss (trabajador social) entre hombres
y mujeres fue el que los hombres reportaron una mayor frecuencia y
más reciente contacto de sexo casual, que de hecho parece ser el
doble (o más del doble) que las mujeres, lo cual confirma el mayor
incidencia de promiscuidad en hombres.
Una posible
explicación a este fenómeno consiste en la forma en que las mujeres
definen el sexo casual. A diferencia del hombre, las mujeres tienden
a ser más propensas a buscar y experimentar una conexión emocional
más significativa, además de la experiencia física.
La investigación
sobre el sexo casual y sus consecuencias está apenas comenzando. Hay
mucho de lo que los expertos desconocen, y se requiere de más
estudios controlados para constatar resultados más definitivos en
cuanto a si el sexo casual es o no beneficioso para las personas.
Lo que por el
momento empieza a quedar claro es que la manera o actitud quetoman las personas frente al acto sexual espontáneo tiene
repercusión en los efectos psicológicos posteriores al mismo.
Cada contacto, cada relación sexual está envestida del carisma,
aptitud de comunicación, deseo auténtico, motivos por los que se
realiza, grado de atracción hacia la pareja, etc. Si no se conoce
mucho a la pareja, o esta es por completo desconocida, aquello sería
algo así como jugar a la ruleta rusa, pues resulta imposible saber
cómo acabará la famosa aventura.
REFERENCIAS:
Bersamin,
M.M., Zamboanga, B.L., Schwartz, S.J., Brent Donnellan, M., Hudson,
M., Weisskirch, R.S., Kim, S.Y., Agocha, B., Whitbourne, S.K. &
Caraway, S.J. (2014). Risky business: Is there an association between
casual sex and mental health among emerging adults? The
Journal of Sex Research, 51,
1, 43-51.
Eisenberg,
M.E., Ackard, D.M., Resnick, M.D. & Neumark-Sztainer, D. (2009).
Casual sex and psychological health among young adults: Is having
"friends with benefits" emotionally damaging? Perspectives
on Sexual and Reproductive Health. 41,
4. 231-237.
Vrangalova,
Z. & Ong, A.D. (2014). Who benefits from casual sex? The
moderating role of sociosexuality. Social
Psychological & Personality Science, 5,
8. 883-891.
Vrangalova, Z. (2014). ¿El sexo
casual puede dañar el bienestar psicológico de los estudiantes
universitarios? Una investigación longitudinal del papel de la
motivación. Archives of Sexual Behavior, 44, 4, 945-959.