Disonancia cognitiva: Cómo resolver nuestras contradicciones

Comer comida chatarra sabiendo que puede ser dañino
para nuestra salud, es una clara incongruencia.

La disonancia cognitiva se manifiesta cuando hay una contradicción entre dos pensamientos (o cogniciones). Estas contradicciones cognitivas generan naturalmente un conflicto en la actitud que adopta la persona. Este conflicto puede resolverse de varias maneras, que a continuación vamos a analizar.

Las personas tendemos a ser consistentes en cuanto a nuestras ideas y la forma de comportarnos. Aunque no siempre funciona así, la teoría de la disonancia cognitiva parte de este principio. Si, por ejemplo,
cree que comer papas fritas es dañino para la salud, probablemente no las coma, o no tan seguido como aquellos que no les importa mucho eso.

Hipotéticamente esto sería verdad, pero hay muchos casos en que las personas experimentan muchas inconsistencias entre lo que saben y sus actitudes, y habrán muchos que, sabiendo que comer frituras es malo, no dejan de comer frituras, incluso a sabiendas de lo grave que podría resultar.

Se afirma que mientras más arraigada y profunda sea su creencia, mayor control va a tener sobre su comportamiento, pero en esa medida, también será mayor la disonancia cognitiva, en caso se presente. El principio no es difícil de comprender, pero tiene variables interesantes.

La teoría de disonancia cognitiva dice que las personas sienten tensión cuando se dan cuenta de una inconsistencia entre dos actitudes distintas o entre una actitud y un comportamiento diferentes. Por ej, comer mucha comida frita sabiendo que es dañino a la salud. El sentimiento de culpa puede nacer debido a esa inconsistencia.

El investigador Leon Festinger y su colega James M. Carlsmith, llevaron a cabo un experimento (hoy un clásico en psicología social) en el que formularon una pregunta fundamental: ¿Si se crea artificialmente en el sujeto un estado de disonancia cognitiva, qué mecanismos emplearía este para reducirla eficazmente?

Específicamente, ellos mostraron que si una persona es forzada a improvisar un discurso sosteniendo un punto de vista contrario a su pensar, su opinión privada se moverá hacia la posición defendida en el discurso. Sin embargo, el grado en que esta opinión cambie, tal como lo predijeron los autores, realmente podría depender de otros factores como: un incentivo monetario.

Una investigación diferente postuló que si se ofrece una recompensa por “cambiar de opinión”, el cambio se hace más significativo si la recompensa es mayor. Sin embargo los datos encontrados no sustentan esta hipótesis. Por el contrario, al parecer, una recompensa mayor produce un cambio efectivo de actitud pero nuestra opinión privada permanece casi intacta.

Festinger y Carlsmith (1957) pusieron a prueba esta hipótesis asignando a un grupo de universitarios una tarea aburrida (girar unas clavijas) para “medir su rendimiento de ejecución”. Después de hora y media de estar ocupado en aquella monótona labor se le pedía a cada sujeto el favor de introducir a más personas en el experimento, a quienes debía decirles que “la labor de girar clavijas era en realidad muy bonita e interesante”, y que cada vez que le dijera esto a alguien se le pagaría un dólar.

Los participantes que eligieron ayudar en el experimento y mentir a pesar de la evidencia crearon las condiciones para generar un estado de disonancia cognitiva. La cuestión ahora era determinar la forma en que la disonancia pueda reducirse. La teoría predice al respecto que cambiar nuestra actitud ante una disonancia cognitiva reduce la tensión y el conflicto interno. En otras palabras, a medida que la persona haga sus actitudes más positivas (o adaptables), menor será la disonancia que experimente.

En el mismo experimento también se incluyó la variable de pagar 20 dólares a otro grupo de participantes para comprobar el grado de influencia del incentivo. La lógica indica que 20 dólares es mejor que uno, y por tanto debía tener mayor incidencia en la reducción de disonancia, por lo que el esfuerzo en el cambio de actitud podía ser menor.

Los resultados sustentaron lo contrario al sentido común. Aquellos participantes que recibieron 1 dólar hicieron cambios de actitud más significativos, y por tanto, más positivos frente a la tarea con las clavijas que aquellos que recibieron los 20 dólares.

4 maneras de reducir la disonancia cognitiva

Volviendo al ejemplo de la comida frita (o comida chatarra), se puede entonces deducir que una persona adicta a este tipo de alimentos, que sabe que a largo plazo podría dañar su salud, posee dos conocimientos: 1) “comer mucha comida frita daña la salud”, y 2) “yo como comida frita con frecuencia”.

De acuerdo con la teoría de la disonancia cognitiva, esta persona podrá reducir dicha disonancia en cuatro formas:

  1. Modificando una o las dos premisas. Por ej, “es que en realidad no cómo tanto de ese tipo de comida”.
  2. Disminuir la importancia de una de las premisas. Por ej, “no hay evidencia soficiente”, o “no todas las personas se ven tan afectadas”.
  3. Agregar otra premisa, por ej, “el próximo año dejaré el hábito...” o “hago mucho ejercicio todas las mañanas, y eso lo compensa”.
  4. Negar que las dos premisas tengan una relación verdadera. Por ej, “no existe prueba científica contundente que afirme esta relación”.

Conclusión

Podemos sacar varias conclusiones de este tipo de experiencias. Para empezar, es de notar que existe un sentido de realidad que (haya o no recompensa) no cambiará nuestra creencia relacionada, aún cuando cambiemos nuestras actitudes. En estos casos la actitud es como una mera pose, un escaparate de muestra, pero no un cambio profundo de principios. Es como si aprovecháramos una oportunidad para ganar algo de dinero sin que nos importe realmente decir algo contrario a nuestra verdadera creencia.

Pero nuestra creencia en sí misma sí puede cambiar realmente. Una actitud positiva es aquella que nos lleva a cambiar nuestras creencias privadas de manera más auténtica, y al parecer este tipo de “transformación” del pensar no depende (ni está en línea directa) con la recompensa, ya económica o de otro tipo. En este sentido la disonancia cognitiva o la contradicción de ideas sólo disminuirá en la medida en que adoptemos una de las cuatro estrategias mencionadas anteriormente.

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REFERENCIAS:

Festinger, L. (1957). A theory of cognitive dissonance. CA: Standford University Press.
Festinger, L. y Carlsmith, J.M. (1959). Cognitive consequences of forced compliance. Journal of Abnormal and Social Psychology, 58, 203-210. http://psycnet.apa.org/psycinfo/1960-01158-001