¿Puede la falta de amor
y cuidado llevar a la muerte?
Este post menciona algunos hallazgos científicos que revelan la relación existente entre la falta de amor y los efectos fisiológicos en el organismo.
Este post menciona algunos hallazgos científicos que revelan la relación existente entre la falta de amor y los efectos fisiológicos en el organismo.
El aterrador experimento de Federico II
Mucho antes de que
Wundt, en 1890, estableciera la psicología como una ciencia
experimental, Federico II, príncipe de Sicilia y profesor de idiomas
del S. XIII, llevó a cabo un experimento con niños recién nacidos
que marcó precedente en la historia de la psicología.
La hipótesis del
susodicho sostenía que las personas ya tenían el potencial del
lenguaje a la hora de nacer, y sólo se requería de la edad
suficiente para empezar a hablarlo, sin necesidad de ningún
aprendizaje previo.
Para demostrar su
teoría ideó un experimento en el que un grupo de madres adoptivas
se encargaron de cuidar y alimentar a varios bebes recién nacidos,
pero con la condición de que la crianza debía darse en completo
silencio. Esto es: los niños debían estar por completo privados
de cualquier sonido humano hasta llegar a los años en que
supuestamente ellos solos empezarían a hablar, de manera que la
educación no interferiría en absoluto el “proceso natural del
habla”.
Según se cuenta,
los resultados fueron catastróficos: todos los niños murieron
antes de llegar a la supuesta “edad del habla”. Con esto se
pudo evidenciar la importancia de los mimos, contacto corporal,
rostros alegres y palabras de afecto que son normales en la crianza.
Desde hace muchas
décadas, los estudios han revelado que los niños que han sido
hospitalizados y/o separados de sus padres para permanecer largos
períodos en ambientes institucionales muestran claros signos de
deterioro físico y psicológico. La calidad del cuidado que reciben
también se relaciona con el peso, incluso recibiendo el mismo
alimento.
Los
niños institucionalizados también tienden a presentar un
significativo deterioro del crecimiento, en algunos casos incluso
mayor que los nacidos de padres alcohólicos. Mucho tiene que ver el
período crítico de crecimiento, que se da durante estos primeros
años y que determinará la altura final. La altura y el peso se
asocian estrechamente con la sensibilidad y consideración positiva
del cuidador. Los niños institucionalizados que experimentan
restricciones de crecimiento también pueden desarrollar el síndrome
metabólico en la edad adulta
(obesidad, diabetes mellitus tipo 2, hipertensión y enfermedades
cardíacas) (Johnson
y Gunnar, 2011).
Enanismo por privación
Lytt Gardner
realizó un detenido estudio en seis niños enanitos, que además de
tener bajo peso y estatura en comparación a su edad, presentaban una
estructura ósea poco desarrollada.
Los niños
pertenecieron a familias disfuncionales en donde experimentaron
desapego emocional y carencia de afecto en la relación padre-hijo.
Según
la investigadora, el retraso de desarrollo, conocido como “enanismo
por privación”,
era en realidad una consecuencia
física de la privación emocional durante etapas cruciales del
crecimiento.
Lo
que más sorprendió a Gardner fue el efecto
reversible
que presentaban los infantes a la hora de separarse del ambiente
hostil y empezar a experimentar un clima cálido y amistoso.
Descubrió entonces que los niños estimulados correctamente
retomaban su crecimiento normal de desarrollo físico. Esto la llevó
a investigar el verdadero motivo del cambio ocurrido.
La confirmación de sus hallazgos la encontró cuando los niños
fueron regresados al ambiente hostil original, ya que eso fue motivo
suficiente para, de nuevo, detener su desarrollo normal.
Las investigaciones apuntan que la privación
psicosocial dentro de cualquier ambiente de cuidado durante la vida
temprana debe considerarse con tanta preocupación como cualquier
enfermedad infantil severamente debilitante.
Cómo se relaciona el crecimiento físico con los procesos psicológicos o emocionales
La
doctora Gardner afirma: “El
enanismo por privación es un ejemplo concreto, un 'experimento de la
naturaleza', por así decirlo, que demuestra la delicadeza, la
complejidad y la importancia crucial de las interacciones entre hijos
y padres.”
Con
este hallazgo, no sólo se descubrió la relación entre privación
emocional
y crecimiento
físico,
sino también el fenómeno fisiológico que vincula ambos
acontecimientos.
Básicamente
hay dos estructuras cerebrales que interfieren y conectan el
crecimiento físico con la privación emocional: el
hipotálamo y la glándula pituitaria.
Mientras
que el hipotálamo
tiene un papel esencial en la actividad emocional del individuo, la
glándula
pituitaria
posee el control en la producción de hormonas del crecimiento. De
aquí se deduce que la falta de atención y cariño en etapas
cruciales afecta el desarrollo físico de casi cualquier mamífero
sobre la tierra.
La
consecuencia de esta privación de afecto se expresa claramente en el
humano con la presencia de un enanismo, conocido genéricamente como
enanismo por
privación.
Otra consecuencia más grave podría ser la
muerte.
El enanismo por privación, por supuesto, es un fenómeno más
complejo que una simple relación emocional-fisiológica, y hay que
aclarar que aún se desconoce la precisión de los mecanismos
implícitos que lo provocan.
Se sabe que la mayor parte de secreción de hormonas del crecimiento
se genera durante el período de sueño, pero además se ha
comprobado que los niños afectados con este trastorno tienen
problemas de insomnio o pesadillas frecuentes que no los dejan dormir
adecuadamente.
Se ha comprobado también en ratas y perros que la presencia de la
madre regula en sus crías los niveles de secreción de la hormona
del estrés. Entre los factores que influyen en la regulación
hormonal al estrés está el contacto físico y una buena
alimentación.
¿Puede una persona morir realmente por causa de un corazón destrozado?
El psicólogo James Lynch cree que sí
es posible.
Después de revisar información que
vincula la soledad y aislamiento con los estados de salud, Lynch
afirma:
“Existe un fundamento biológico
para nuestra necesidad de establecer relaciones humanas. Si
fracasamos en satisfacer dicha necesidad, entonces nuestra salud
corre peligro.”
En su libro (The
Broken Heart, 1977), este psicólogo hace notar que la tasa de
muertes por padecimientos coronarios es mayor entre viudas que entre
mujeres casadas, también entre hombres divorciados que entre los
casados. El cáncer y los ataques fulminantes, así como las
enfermedades cardíacas, ocurren con el doble de frecuencia en
hombres divorciados que en los casados.
Por supuesto, la
causa última de la muerte es un mal funcionamiento físico. No
obstante, de alguna manera, aún ignorada, la probabilidad de un
colapso se incrementa cuando una persona se halla aislada del
contacto, de la confianza y ternura de otros seres humanos.
Artículos relacionados
REFERENCIAS:
Gardner, L. (1972). Deprivation dwarfism. Scientific American,
227, 76-82.
(http://psycnet.apa.org/index.cfm?fa=search.displayRecord&UID=1973-00970-001)
Johnson, D.E. & Gunnar, M.R. (2011) IV. Growth failure in
institutionalized children. Monogr Soc Res Child Dev, 76(4):
92-126. (https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4214390/)
Levine, S. (2001). Primary social relationships influence the
development of the hypothalamic-pituitary-adrenal axis in the rat.
Physiol. Behav., 73(3): 255-60.
(https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/11438350)
Lynch, J. (1977) The Broken Heart. Nueva York, Basic Books.,
p. 13.